Por Guadalupe Martínez
«La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia».
Mahatma Gandhi, Madre Teresa de Calcuta, Marthin Luther King y Nelson Mandela, son personajes que seguramente conocemos o al menos hemos oído mencionar ¿Por qué? Porque los cuatro tienen en común una filosofía de vida pacífica, y ¿Porqué hablar de ellos ahora? Pues sencillamente porque este mes de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Paz.
Este año el 21 de septiembre, a pesar de haber sido escogido por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Mundial de la Paz, paso casi desapercibido con una celebración bastante discreta. Aunque en diferentes partes del mundo se realizaron grades eventos para ese día aunque ese no fue el caso de nuestro país dónde en algunos medios ni siquiera se mencionó y por el contrario la violencia estuvo al frente de los titulares, como sucede a diario.
Para el 2011 la ONU celebró esta fecha bajo el lema “Paz y Democracia: haz que tu voz se oiga” con el fin de ofrecer a todos los países del mundo una fecha común para organizar acontecimientos y emprender actividades que pongan de relieve la importancia de la paz y la democracia en forma útil y realista. Ahora bien, es importante que estos objetivos se trabajen constantemente y no en un solo día.
El concepto de “PAZ”, por otra parte, para muchos puede representar algo casi imposible, teniendo en cuenta la situación de violencia que se vive, no solo en El Salvador, sino a nivel global. Sin embargo olvidamos que todo se construye ¿y cómo? En el caso de la paz se tiene que fomentar empezando por el ámbito espiritual, porque sería un error buscar la paz en la sociedad en que vivimos cuando no estamos en paz con nosotros mismos, y eso es algo que una mujer como la Madre Teresa tenía más que claro, que con una fe muy firme, independientemente de cuál fuera, dejo un ejemplo de amor y paz por el mundo.
Por supuesto tanto ella como los otros personajes mencionados al principio tienen sus detractores y también han sido criticados, y no es de extrañarse, cada persona tiene sus propias ideas, creencias u opiniones, con las que unos pueden estar de acuerdo y otro no, pero lo importante en realidad son los mensajes que han dejado sobre cómo construir la paz, manifestar el amor hacia el prójimo y ayudar a todo aquel que lo necesite.
Para ser un representante de la paz se necesita sobre todo voluntad, la voluntad de ser una mejor persona y ser mejor con los demás, de poder compartir sobre todo con la familia, haciendo del hogar un lugar donde no haya más de lo mismo (violencia), dónde los hijos no sean enemigos de sus padres o viceversa. A pesar de parecer muy simple, no es tan fácil conseguir la paz sino se hace un gran esfuerzo en el entorno que nos rodea.
“El que no vive para servir, no sirve para vivir.” Madre Teresa
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