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“Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano” es el tema escogido para el 2011 por la UNESCO en el Día Mundial del Agua. Esta celebración tiene como objetivo centrar la atención internacional sobre el impacto del rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos y los desastres naturales sobre los sistemas urbanos de abastecimiento de agua.
El problema de la escases de agua, sin embargo, necesita atención más de un día en el año, ya que según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existen 828 millones de personas viven asentamientos informales los cuales están esparcidos alrededor de todas las ciudades del mundo, por lo que abastecer a estas personas es el mayor desafío.
“Sin agua no hay dignidad, ni se puede escapar de la pobreza. Sin embargo, muchos países todavía tienen mucho por hacer en cuanto a la meta relativa a los servicios de saneamiento y el agua establecida en los Objetivos de Desarrollo del Mileno.” Expresó el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, en su mensaje con motivo del Día Mundial del Agua el pasado 22 de marzo.
Seguro Ki-Moon no pensaba en El Salvador cuando pronunció estas palabras, aunque se ajustan a la perfección a la realidad nacional, prueba de ello es que es el país más afectado por escasez de agua según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su estudio "La economía del cambio climático en Centroamérica”. A esta situación se suma el aumento de enfermedades como el dengue debido a la misma escasez.
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La contaminación, por otra parte, también se ha vuelto otro agente determinante en la crisis hídrica que vive el país, que por supuesto afecta a las personas con menos recursos. La población rural tenía hasta el 2009 un porcentaje de 49.5% de escasez, que a juzgar por lo aparente no debe haber cambiado mucho hasta la fecha, puesto que incluso en el área urbana se comienza a vivir una situación preocupante con respecto al abastecimiento de agua potable.
El representante de la ONU considera además que la problemática del agua va más allá del acceso a la misma o las consecuencias sanitarias que implica, y se vuelve igualmente otro disparador de problemas sociales.
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“En muchos países, la falta de instalaciones sanitarias obliga a las niñas a abandonar la escuela, y las mujeres son víctimas de acoso o agresiones cuando transportan agua o acuden a los aseos públicos. Además, a menudo los miembros más pobres y vulnerables de la sociedad se ven obligados a comprar el agua a vendedores del sector informal a precios que, según las estimaciones, superan entre un 20% y un 100% el que pagan sus vecinos más acomodados, a cuyas casas llega el agua corriente a través de los servicios municipales. Esta situación no solo es insostenible, sino también inaceptable.” Sostiene.
Al final de su discurso el Secretario hizo un llamado a todos los gobiernos a que reconozcan la auténtica naturaleza de la crisis del agua en las zonas urbanas “ Comprometámonos a contrarrestar el alarmante descenso de la inversión en proyectos hídricos y de saneamiento en favor de los pobres, y reafirmemos nuestro compromiso de poner fin a la lamentable situación de los más de 800 millones de personas que, en un mundo pletórico de recursos, todavía carecen del agua potable o los servicios de saneamiento imprescindibles para disfrutar de una vida digna y de buena salud.”
De acuerdo a los datos expuestos con anterioridad y un sinfín de estadísticas desalentadoras con respecto al agua, se puede observar sin lugar a dudas que hace falta más de un día para reflexionar sobre el futuro del ser humano con un nivel de agua potable cada vez más reducido y con una población ascendente. El Salvador necesita tanto de una población, como de un gobierno trabajando simultáneamente 365 días en propuestas, políticas y acciones para neutralizar esta grave situación.
* Proximamente más artículos sobre el agua.
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